Frente a la inminencia de la muerte, un rey se propone –en una muestra de suprema omnipotencia– disponer la sobrevida del reino y de quienes lo rodean. Pero ese proceder desata en sus hijas (salvo en una) y yernos, en sus súbditos y amigos, un arrebato irrefrenable por la riqueza y el poder que los conducirá al caos y la destrucción.
Una de las obras más complejas de Shakespeare y, sin dudas, la más oscura y desesperanzada, Rey Lear ofrece una profunda reflexión sobre el mal uso del poder pero también es una indagación sobre la fragilidad de los lazos filiales, la locura, la identidad, la vejez y el carácter insondable de la Naturaleza. Para Jorge Lavelli, responsable de la puesta, “el tema de la caída es el eje de la historia y en él se insertan la familia, la sociedad y la humanidad entera. El grotesco shakesperiano ocupa en ella un lugar privilegiado. Rey Lear se ha convertido en una suerte de montaña mágica a la que todos acuden para desafiar las dificultades estéticas que ofrece su abordaje y también para hurgar en la sabiduría de sus planteos, en su contenido profundo”.
Esta versión de la tragedia estrenada en el Teatro San Martín en 2006 contó con una memorable actuación de Alejandro Urdapilleta en la piel del monarca y un elenco integrado por actores de la talla de Roberto Carnaghi, Pompeyo Audivert, Marcelo Subiotto, Gustavo Böhm, Marcela Ferradás y Daniela Catz en los papeles principales.