En aquella inefable Argentina de principios del siglo XX las familias de su opulenta clase ganadera solían viajar a Europa acompañadas de una vaca. Debidamente acomodada en la bodega del transatlántico la clásica holando pampeana surtía de leche fresca a la prole durante los largos días de embarque.Escrita en versos que remedan las formas clásicas del teatro romántico la obra es una parodia política basada –justamente– en aquella costumbre emblemática. La relación entre el hijo de la familia –ese inimputable Niño Argentino-, su peón y la vaca -que completa el triángulo clásico-, organiza la trama que se desliza en su hipótesis y su estructura sobre aquella frase de Carlos Marx: Todos los grandes hechos de la historia universal se repiten dos veces. Una vez como tragedia y la otra como parodia.